Proteger el hogar no requiere grandes inversiones: muchas veces son los pequeños hábitos los que marcan la diferencia. En esta guía reunimos recomendaciones simples, reales y aplicables para reducir las probabilidades de intrusión.
La mayoría de los robos ocurren por accesos mal cerrados. Incluso si salís “un minuto”, cerrá con llave.
Las puertas de ingreso, ventanas bajas y puertas de balcón deben estar protegidas con sensores magnéticos o detectores estratégicos.
La oscuridad facilita el ingreso. La luz exterior o sensores de movimiento disuaden a posibles intrusos.
Escaleras, cajones, muebles o elementos apoyados en patios y balcones pueden ser usados para trepar.
Si tu sistema permite armado parcial, usalo. Es ideal para proteger puertas y ventanas durante la noche.
Una cerradura floja o un marco desgastado facilita el ingreso. Revisalos al menos una vez al año.
Luces temporizadas, cortinas semi abiertas o sonidos ayudan a disuadir delincuentes.
Las cámaras no solo ayudan a registrar, sino que disuaden y permiten verificar lo que pasa en tiempo real.
La respuesta más efectiva ante un intento de intrusión es la acción inmediata. El monitoreo profesional garantiza que siempre haya alguien del otro lado.
Los intrusos suelen aprovechar puertas o ventanas con marcos flojos, cerraduras debilitadas o desgaste por uso. Revisar periódicamente el estado físico de las aberturas ayuda a prevenir ingresos sin esfuerzo.
La seguridad del hogar es una combinación de hábitos, tecnología y prevención. Implementar estos 10 pasos reduce enormemente el riesgo de intrusiones.
Un especialista de 099 puede asesorarte sin cargo y ayudarte a elegir la mejor solución para tu hogar.
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